sábado, 2 de mayo de 2009

Soy la madre que quiero ser

Antes de saber que existía la palabra, yo ya practicaba el colecho. Mi niño me lo pidió el mismo día de su nacimiento y yo, instintivamente, lo metí en la cama del hospital conmigo, sin el consentimiento de familiares, amigos, enfermeras y los que pasaban.

Aquella noche puse a mi niño encima de mi pecho, sus piernecillas se quedaban mucho antes de mi ombligo, y sólo de esa forma se quedaba dormido. No pegué ojo ni esa noche ni la siguiente, me aterrorizaba tirarlo de la cama, aplastarlo o malcriarlo.

Las advertencias apocalípticas, que aún hoy me dedican con cariño los que me rodean, hicieron mella en mí, y cuando mi niño tenía alrededor de un mes, mi novio (que es muy concienzudo) y yo (que lo soy menos) nos tiramos como unos 3 ó 4 días, que me parecieron meses, sin dormir nada, y cuando digo nada, me refiero a nada. Metíamos al niño en su cuna, y se pasaba llorando horas y horas. Nos daban las 6, las 7 y las 8 de la mañana y mi niño no se dormía. Lo mecíamos en la cuna, lo tocábamos, lo besábamos, le cantábamos… siempre, como nos indicaban todos, sin cogerlo, y mi niño no quería estar allí.

¿Será el colchón? ¿Será que la cuna es demasiado grande? ¿Será que tiene calor? No, es frío. ¿Será que tiene miedo? ¿Será..? y era que quería que su madre lo cogiera, que lo abrazara, sentir mi calorcillo, mi respiración, mis brazos, mi corazón latiendo junto al suyo…

Hoy, mi niño duerme la primera mitad de la noche en su cuna (lo acosamos a las 8 y suele despertarse sobre las 12 ó 1), y la segunda con nosotros. Nos sé a cual de los dos le gusta más dormir juntos, pero ahora, que sus piernecillas llegan ya hasta mis muslos, mi niño sigue disfrutando del calor de sus padres.

Mi instinto no me deja hacer otra cosa y gracias a mis lecturas y a una red de madres blogueras que cuentan sus experiencias en la red (para las que estoy preparado un pequeño regalo, ya os contaré…) practico el colecho con convencimiento y sin remordimiento.

Todavía escucho reproches como: y qué, ¿vas a tener durmiendo al niño contigo hasta que tenga 18 años? Yo trato de explicar que no, que el sueño es un proceso y lo antinatural es separar a un bebé el mismo día en el que nace de la piel de su madre… pero que nadie se ofenda, y que cada uno haga lo que quiera, yo quiero ser la madre que soy, lo he elegido así y estoy contenta.

8 comentarios:

  1. Hola guapa!!
    Mi niña tiene 14 meses y duerme desde las 9 hasta las 3 de la mañana en su cuna y después en nuestra cama, que es cuando se despierta para tomarse un bibe, y la verdad que es la personita más feliz del mundo cuando acaba su bibe y se acurruca entre nosotros. Por mucho que nos puedan criticar, a la porra, lo importante de verdad es su felicidad y la nuestra, a nosotros nos encanta dormir con ella, nos toca, acaricia, es algo que si no lo disfrutas ahora, te lo perderás siempre.
    un beso muy grande
    Mª Ángeles

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  2. Pues ánimo, sigue así, déjate guiar por el instinto, que primero de todo somos animales y luego somos sociales. Y además da tanto gustito tener a tu bebé durmiendo sobre tu barriga....

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  3. Creo que todo lo que se haga "instintivamente" bien hecho está. Es increible el derecho que todo el mundo se adjudica para decir como tienen que ser las cosas. Enhorabuena por el blog pero sobre todo por el peque !

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  4. Mi hija tambien decidio dejarnos claros que esa cuna era muy mona pero ella queria la cama grande, que huele mejor y es mas calida. yo vivi un mes entero de noches con 9-12 despertares cada una y unos dias agotadores... mi marido se despertaba fresco, feliz y sonriente diciendo "ha dormido de tiron, no?" en ese momento yo pensaba "tiro a alguno de los dos por la ventana o salto yo?"

    al final mi cuerpo tomo el mando y yo amanecia con mi hijita al lado, junto a mi en la cama, con su teta-barra libre y selfservice. y con un mes estaba claro que no se pasaba ella sola!

    y, asombrosamente, comenzamos a dormir! las noches dejaron de tener interrupciones y miedos de si le daria con la cabeza en la madera de la cuna o se me caeria estando medio grogui... y comenzamos a colechar sin saber que habia una palabra para eso..

    luego llego la mala conciencia por el "daño" que le estaba haciendo a la criatura (y mira que el mismo gine me dijo que me la metiera en la cama y durmiera con ella, que no la iba a chafar) y tooodos los comentarios gratuitos que tenia la necesidad de hacerme tooodo el mundo.

    hasta que se me fue el complejo una noche en la que mi hija se estaba ahogando, con 3 meses al haber movitado y a mi me desperto un ruidito y un movimiento de su bracito y le di la vuelta pegando un salto. no quiero saber lo que hubiera podido pasar estando en su cuna o en otra habitacion.

    en mi grupo de la teta conoci que casi todas colechaban y segui orgullosa haciendolo.

    despertarme con esa carita mirandome, abrazandome, llenandome de besos y diciendome "mama, te quiero mucho!" (y ahora haciendo lo mismo a su hermanito de 23 dias) no tiene precio.

    y cuando a mi marido le dicen que no nos la sacaremos de la cama, el contesta "bueno, pues si a los 18 años trae a alguna amiga a dormir a casa, por mi estupendo!"

    un saludo!

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  5. El palabro "colecho" sirve para meter el asunto en el argot científico, porque si no, parece que es algo "primitivo".

    Y ciertamente es muy primitivo, instintivo, natural, ancestral, delicioso y maravilloso.

    La compañía de los padres es el mejor lugar del mundo para el bebé, donde se siente seguro e invencible.

    Es una maravilla poder ser la madre que una quiere ser. Es el primer paso para que nuestros hijos lleguen a ser también los hombres que quieran ser.

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  6. Gracias a todas por los comentarios que habéis hecho...son preciosos... me encanta que compartais vuestras ideas y experiencias.

    No estamos solas!!!

    Por cierto, quizás nos veamos en el parque con nuestros niños y no sabemos que somos nosotras... curioso, eh?

    Besos

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  7. Mi hija tiene 4 años y duerme con nosotros. Ya casi no cabemos en la cama. A veces la llevamos a la suya, pero nos da penita y nos sentimos un poco solos. Quiero disfrutar de y con mi hija mientras pueda y dormir juntos es una deliciosa manera de hacerlo.

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  8. Me siento orgullosa de poder decir que yo también practiqué el colecho con mi hijo. Desde que contaba con un mes de vida, mi pequeño también prefería estar en la cama calentito, al ladito de la tetita, y con el calor de su madre. Acaso no es eso lo natural? Como se pueden decir cosas como "el niño tiene vicio, eso es malísimo para los niños, no le vas a sacar nunca de tu cama....", o como me dijo una enfermera en su revisión de los 18 meses, "... si ya duerme en su cuarto, por una verja en la puerta para que no pueda salir y prohíbele entrar en tu cuarto". Pero esto qué es, un régimen militar??? Como una profesional de la salud puede dar ese tipo de consejos sin caérsele la cara de verguénza?
    Mi hijo tuvo su cuna en nuestro dormitorio, hasta las 23 meses, mamó hasta los 15, y porque él quiso parar, durmió en nuestra cama siempre que quiso. Y ahora que tiene 27 meses, duerme en su cama porque él quiere y tan agusto. Y cuando despierta por la noche, me llama para que vaya yo a su cama a hacerle un mimo una caricia. Por las mañanas eso sí, viene a buscarme y se acurruca con su padre y conmigo para darnos los buenos días. Parece que al fin y al cabo no "malcrié" tanto a mi hijo.
    No os dejéis nunca influenciar por personas que tienen ese tipo de comentarios tan negativos hacia un bebé. Acaso no vemos cómo se comportan los animales. Tu ves a una gata que ponga a sus gatitos a dormir en otra habitación????
    Para quien no lo conozca, os recomiendo leer al pediatra Carlos González. Su libro "un regalo para toda la vida" entre otros merecen la pena ser leído y sentido. Ójala, todos los médicos tuvieran su talante, su formación, su manera de ver la vida y la medicina.

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