lunes, 14 de marzo de 2011

Las cosas de mi niño (Vol. 5)

¡Atención! Señores fabricantes de bolitas-de-algodón-desmaquillante-sin-nombre-definido, mi niño, que es un genio, ha creado un nombre perfecto para su producto de denominación poco contundente - nombre con el que, por cierto, sus equipos de marketing no han sabido dar, tras años de existencia del mencionado bien de consumo (nota mental para directores muy exigentes: revisar salario de mi equipo de marketing).

Pues sí, es un nombre simpático, sencillo y sonoro. Define el producto a la perfección y es muy colorido, como el producto en sí mismo.

El proceso creativo de mi niño se produjo de la manera más natural, tras un hecho cotidiano como poner unas bolitas-de-algodón-desmaquillante-sin-nombre-definido en un tarro trasparente en el cuarto de baño. Y, así, sin más, me pregunta mi niño:

- Mamá, ¿eso que son? ¿PELUSIS?
- Mmmmm, no hijo - pero podrían serlo - pensé para mis adentros

Nota: no he podido encontrar una foto de PELUSIS de colores, como las que tengo en casa.

jueves, 3 de marzo de 2011

Las cosas de mi niño (Vol. 4)


Empiezo a asumir que probablemente perderé el brazo desde el codo. Bien pensado tampoco es una tragedia, tengo la otra extremidad intacta. Este es el precio que hay que pagar por muchos, y cuando digo muchos son muchos, minutos meciendo a un niño... En esa reflexión estaba cuando mi niño abre los ojos, muy abiertos, casi entre sueños y lanza una pregunta al aire:


- ¿Y los pelos de papá dónde están?

- Pues, pues, hijo... se le han caído

- Sí, pero ¿dónde están?

- Pues... en el suelo

- Pero yo no los veo, ¿dónde están?

- Tirando de imaginación respondo - en el país de los pelitos perdidos...

- No, mamá – afirma mi niño rotundo – se los ha comido papá.

Mi niño tiene una “malajeeee”... que se diría en mi tierra