miércoles, 28 de abril de 2010

Feminismo ingenuo

En estos días han llegado a mis manos varios textos que hablan sobre ser madre, profesional, pareja, superwoman... Desarrollan sus teorías sobre preceptos que, en principio, comparto, como huir de los sentimientos de culpa, el reparto igualitarío de las tareas del hogar o los derechos de las mujeres a ser profesionales de éxito y madres.
Estas ideas puede inscribirse dentro de movimientos feministas, que respeto y admiro profundamente, pero pienso que las mujeres de hoy caemos en reflexiones poco profundas y bastante ingenuas sobre la maternidad y la mujer, en toda su dimensión.
Casi todas estas reflexiones sobre ser mujer y madre acaban dándonos consejos como reservar un tiempo para tí, compartir momentos con tu pareja o intentar volver a tu vida normal cuanto antes, es decir, a tu vida como era antes del momento "h" (de hijo). Sinceramente me pregunto ¿qué pensaban estas mujeres que escriben estos libros, artículos en revistas o posts en blogs que era la maternidad? ¿creián que después del embarazo el niño iba a desaparecer?, ¿pensaban quizás que el niño iba a recoger su cuarto con 6 meses, prepararse la cena con 2 años y poner la lavadora con 4? ¿creían tal vez que cuando eres madres tus días tienen 27 horas?
Pensar que después de tener un hijo algo volverá a ser como era antes me parece ingenuo, porque tu vida cambia sin duda y, aunque ahora vaya a caer en varios tópicos, me atrevo a decir que tus valores, tus prioridades e inclusos tus deseos y necesidades ya no volverána a ser los mismos porque, en tu vida, hay otra persona que te necesita más que nadie en el mundo, que depende de ti, que te reclama y a la que tú quieres más que a nada.
Tu vida no puede ser como era antes ni aunque quieras... porque ya no eres tú, eres mamá y tu hijo te acompaña a donde quiera que vayas, auque no esté físicamente contigo. Creer lo contrario es un abismo hacia la frustración.
Como dice mi jefe, yo primero soy madre, y luego todo lo demás. Y la verdad es que tiene razón, pero he elegido serlo y no renuncio a nada, sino que elijo ser profesional, pero no trabajar 24/7, elijo dejar a mi hijo en una guardería porque para mi es la mejor elección, elijo seguir dándole el pecho porque a los dos nos hace felices. En resumen, que hablar de "renuncias" en cuanto a la maternidad también me parece ingenuo y simplista, porque cuando eres madres elijes serlo y pensar que tu vida seguirá siendo como lo era antes de la barriga es simplemente poco inteligente (por no decir estúpido, que suena muy mal).
Es verdad, que yo he tenido suerte (al saber le llaman suerte, que dice mi padre), y soy una profesional que disfruta de su trabajo, que puedo combinar medianamente bien mi profesión con mi visión de la maternidad y que no estoy ahogada económicamente, por lo que puedo disponer de una gran ayuda, como es para mi la guardería a la que va mi hijo, que es excelente.
Estas circunstancias me hacen hablar desde el privilegio de poder elegir ser lo que soy y como soy pero me gusta pensar que ejerzo una maternidad consciente y decidida y que no renuncio sino que elijo.

domingo, 4 de abril de 2010

Yo también creo que mi hijo es superdotado

Pues parafraseando los célebres grupos de Facebook, va a ser que yo también creo que mi hijo es superdotado. Permitidme que presuma: a sus tiernos 19 meses, sabe contar hasta 11 - eso que nosotros sepamos, porque nos sorprende con un numerito más cada vez que lo hace – y hasta 10 en inglés, sabe los colores y, por supuesto, también domina todo el espectro cromático en la lengua de Shakespeare, tiene un amplio vocabulario y utiliza numerosos palabras, calculo que más de 60…

A estas alturas, estaréis pesando: “vaya tía estupenda… será chula…” pues sí, el primer paso en estas cosa es reconocerlas, ¿no? Pues allá vamos: “Me llaman mamá y yo también soy una de esas odiosas madres que presume de hijo a la mínima ocasión que se le presenta”.

A partir de ahora comienza mi rehabilitación, pero antes dejadme que añada algo: las pequeñas dimensiones de m niño cuentan esta vez a nuestro favor, ya que hacen más escandalosas sus cualidades intelectuales y, como parece más pequeño de lo que es, están tan espabilado y habla tanto, más de una madre ha venido alarmada a preguntarme en el parque: “pero ¿cuántos meses tiene este niño superdotado?" - bueno... la última palabra no la pronuncian, pero sé que está en sus mentes.

Bueno, ya en serio, reconozco que de vez en cuando sí que pienso que mi niño es muy listo, más que la media, me regodeo en cada uno de sus avances y disfruto muchísimo con cada cosa nueva que aprende. Incluso, en ocasiones, me descubro fantaseando con mi niño siendo un prestigioso escritor, un célebre director de cine… cualquier profesión prestigiosa de letras, porque si de algo estamos seguros es que será de letras, de ciencias imposible porque tanto su padre como yo somos negados para el pensamiento matemático… vale, vale… ya vuelvo a las andadas, así no me rehabilito nunca, ¿verdad?