En estos días han llegado a mis manos varios textos que hablan sobre ser madre, profesional, pareja, superwoman... Desarrollan sus teorías sobre preceptos que, en principio, comparto, como huir de los sentimientos de culpa, el reparto igualitarío de las tareas del hogar o los derechos de las mujeres a ser profesionales de éxito y madres.
Estas ideas puede inscribirse dentro de movimientos feministas, que respeto y admiro profundamente, pero pienso que las mujeres de hoy caemos en reflexiones poco profundas y bastante ingenuas sobre la maternidad y la mujer, en toda su dimensión.
Casi todas estas reflexiones sobre ser mujer y madre acaban dándonos consejos como reservar un tiempo para tí, compartir momentos con tu pareja o intentar volver a tu vida normal cuanto antes, es decir, a tu vida como era antes del momento "h" (de hijo). Sinceramente me pregunto ¿qué pensaban estas mujeres que escriben estos libros, artículos en revistas o posts en blogs que era la maternidad? ¿creián que después del embarazo el niño iba a desaparecer?, ¿pensaban quizás que el niño iba a recoger su cuarto con 6 meses, prepararse la cena con 2 años y poner la lavadora con 4? ¿creían tal vez que cuando eres madres tus días tienen 27 horas?
Pensar que después de tener un hijo algo volverá a ser como era antes me parece ingenuo, porque tu vida cambia sin duda y, aunque ahora vaya a caer en varios tópicos, me atrevo a decir que tus valores, tus prioridades e inclusos tus deseos y necesidades ya no volverána a ser los mismos porque, en tu vida, hay otra persona que te necesita más que nadie en el mundo, que depende de ti, que te reclama y a la que tú quieres más que a nada.
Tu vida no puede ser como era antes ni aunque quieras... porque ya no eres tú, eres mamá y tu hijo te acompaña a donde quiera que vayas, auque no esté físicamente contigo. Creer lo contrario es un abismo hacia la frustración.
Como dice mi jefe, yo primero soy madre, y luego todo lo demás. Y la verdad es que tiene razón, pero he elegido serlo y no renuncio a nada, sino que elijo ser profesional, pero no trabajar 24/7, elijo dejar a mi hijo en una guardería porque para mi es la mejor elección, elijo seguir dándole el pecho porque a los dos nos hace felices. En resumen, que hablar de "renuncias" en cuanto a la maternidad también me parece ingenuo y simplista, porque cuando eres madres elijes serlo y pensar que tu vida seguirá siendo como lo era antes de la barriga es simplemente poco inteligente (por no decir estúpido, que suena muy mal).
Es verdad, que yo he tenido suerte (al saber le llaman suerte, que dice mi padre), y soy una profesional que disfruta de su trabajo, que puedo combinar medianamente bien mi profesión con mi visión de la maternidad y que no estoy ahogada económicamente, por lo que puedo disponer de una gran ayuda, como es para mi la guardería a la que va mi hijo, que es excelente.
Estas circunstancias me hacen hablar desde el privilegio de poder elegir ser lo que soy y como soy pero me gusta pensar que ejerzo una maternidad consciente y decidida y que no renuncio sino que elijo.