jueves, 31 de diciembre de 2009

A comernos el 2010...

Hemos escapado bien al 2009, la crisis nos ha respetado y la salud perdida, la encontramos en la Fundación Jiménez Díaz. Sin duda, el asunto de la salud ha sido el episodio que nos ha deparado el hecho más desagradable (y algo traumático para mí) en este 2009 que ya acaba.

De cualquier forma, no nos podemos quejar, ha sido un buen año. 365 días de descubrimientos, de emociones, de retos, de dudas, de satisfacciones, de más miedos y alguna que otra preocupación. Ha sido el año en el que mi niño ha dicho mamá y papá (con mucho más esfuerzo), ha aprendido a bailar, a jugar y a reírse.

En lo laboral ha sido también un año apasionante. En una fase en la que creía que ya sabía casi todo de la profesión, en mi empresa abrimos una ventana inexplorada y desconocida, que nos ha servido para renovarnos, reinventarnos, ponerlo todo boca abajo y darle en las narices a la maldita crisis. Crucemos los dedos, pero creo que estamos en el camino… y esa ventana abierta ha sido clave en mi forma de ver y entender la maternidad (y de relatarla a través de este blog que cumple un año), porque me ha puesto en contacto con otras madres que sienten y piensan igual que yo, y he descubierto que sí, que soy un bicho raro, pero que hay más de mi especie por ahí, criando a sus hijos con las entrañas, con amor y sin métodos inhumanos… espero que estemos en la buena senda.

¡Salud y suerte para el 2010! El resto, me temo que toca trabajarlo…

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Que me toque la lotería, que me toque la lotería...

Últimamente mis palabras parecen premoniciones, cuando abro la boca se conjuran los astros para que lo que digo se haga realidad. La cosa está tan peliaguda que me doy miedo…

“Tiene que ser horrible tener a un niño malito en el hospital”, maldita la hora en la que pronuncié esas palabras… la madrugada siguiente, a las 3 de la mañana, nos íbamos a urgencias, con el niño con 40 de fiebre. 13 horas más tarde nos quedábamos ingresados en la habitación 2406 de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid – para los curiosos os diré: broncoespasmo y neumonía – un completo típico de estas fechas.

Para regocijo de mi amiga Amalia (diario de una mamá pediatra), y para ser justos, nos han tratado de maravilla. Todo el personal, de urgencias y de planta, han sido extremadamente amables y cariñosos con mi niño, me consta que se preocupan por cada uno de los niños que están ingresados, los conocen perfectamente por su nombre, aprenden sus gustos, inventan trucos para que cualquier manipulación que tengan que hacerles sea lo más llevadera posible y no me queda más que darles las gracias porque han conseguido que estos 5 días sean mucho más llevaderos.

Me quedo con una frase que nos dijo una veterana enfermera: “Nos acordamos de todos los niños, de los que se van y de los que no salen…”. Cuando oí esas palabras se me saltaron las lágrimas, porque efectivamente eran ciertas, ella reconoció al niño que compartía la habitación con mi hijo, al que había tratado cuando nació prematuro en ese mismo hospital.

Y el problema no son esos 5 días en el hospital, lo peor son los que dejas allí, los que sabes que afortunadamente se pondrán mejor, aunque tengan que pasar una larga temporada ingresados, y los que temes que no saldrán, que no serán capaces de superar sus dolencias y dejarán padres desolados.

Pues eso, que después de esto, no paro de pedir que me toque la lotería, a ver si soy capaz de atraer la suerte…

Muchos recuerdos a todos los niños de la 4ª planta de la Fundación Jiménez Díaz, en especial a la pandilla del moco (únete que somos pocos…)- todos los enfermos de respiratorio-, a las enfermeras, auxiliares y médicos y al personal de urgencias que fueron eficientes, amables y cariñosos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Grandes excusas

Tengo unas excusas excelentes para haber tenido el blog tan abandonado. Son dos palabras que sólo oírlas provocan temblores e, incluso, espasmos: mastitis y gripe A, ¡toma ya!

Primero empecemos con la mastitis (sí, esa cara de dolor que estáis poniendo está justificada, porque efectivamente, duele mucho). Una mañana, estaba acabando una reunión y, de pronto, empecé a sentir un fuerte dolor en un pecho, tanto, tanto, que no tuve más remedio que sostenérmelo ligeramente. Podría haber parecido una burda estrategia para ganar esa cuenta, pero creo que mi cara no transmitía ninguna sensación de insinuación, sino más bien de noche de resaca.

Empecé a sentirme fatal y gracias a los consejos de unas compis me fui al médico. El resto de la historia se resume en: mareos, temblores, fiebre, dolor, un poquito de antibiótico mezclado con unos gramitos de anti-inflamatorio, un pelín más de dolor... y listo.

La moraleja del tema para algunos ha sido: lo ves, si no estuvieras dándole el pecho al niño todavía... Y será que la mastitis me ha dejado sin ganas de guerra, porque contesté con un simple: ya ves... así somos las madres.

Y ahora vamos con la gripe A. Yo no soy médico, ni Ministra de Sanidad, ni siquiera, Consejera de Salud de la Comunidad de Madrid (que es más que Ministra de Sanidad, claro) y no seré yo quien cuestione las acciones de las autoridades sanitarias de nuestro país... pero, permitidme que os cuente mi experiencia y que sospeche que esto está siendo una verdadera ida de olla general.

Me explico, mi niño está pasando por lo que yo considero un resfriado, de los que ya ha tenido unas decenas: mocos, tos y fiebre... bueno, pues me dice la pediatra: "esto, en otro momento, sería catarro común, pero ahora es gripe A, y como tu hijo esta en el grupo de riesgo (ha tenido bronquiolitis y parece ser que eso es el asma de lactante, es decir asma del de toda la vida...), pues Tamiflú al canto". Vale esta cita no es literal, pero por ahí iba la cosa.

Esas palabras hicieron en mí el mismo efecto que el final de "Love Story", es decir, que cayeran por mis mejillas dos lagrimones de película. Lo sé, lo sé... no era para tanto... pero si vierais el papelito de las contraindicaciones del Tamiflú de los huevos... me comprenderíais y más si tras el papelito me dice: "y esto es en adultos, así que en niños mucho más, porque ni siquiera hay estudios...". Uff.. clase de anatomía tendrán los pediatras, pero de tacto... no sé yo, eh?

Bueno, el desenlace ha sido bueno, mi niño se ha puesto mejor y el Tamiflú se lo han metido por... por, por..por la estantería de la derecha del despacho de la pediatra.

Pues eso... que el blog ha estado abandonado por estas buenas razones... y también por otras que me han tenido muy entretenida, como las nuevas palabras de mi niño: "abu" (abuela) o "eta" (galleta), el descubrimiento de mi niño de algunas partes de su cuerpo: su nariz y la de mamá o su cabeza y la de mamá y nuevos juegos con los que divertirse.