domingo, 26 de septiembre de 2010

Fantasías maternales animadas - Vol. 1


Podríamos decir que mi vida real corre paralela a la fantasía. Podríamos afirmar que vivo más de una vida gracias a mi facilidad de tener varias “ventanas de Windows” abiertas en mi cerebro.

En mis fantasías animadas maternales de ayer y de hoy, imagino que las mamás del parque son mis amigas de la red. Esas que me leen y a las que leo, con las que comparto opiniones y experiencias y, en algún que otro caso, un sentimiento de amistad en la distancia.

Y escucho como hablan con sus hijos y los llaman por sus nombres y empiezo a atar cabos, y me convenzo de que esa morena de ojos grandes es mamá (contra) corriente, y luego pienso: no, ese niño es muy mayor para ser el suyo; o que aquella otra mamá de pelo rizado es Ileana de tenemos tetas, para luego discurrir: no, si ella vive en Canarias...

Con las mamás blogueras me pasa como con los cibernovios – o como me pasaría con los cibernovios, si alguna vez hubiese tenido uno – que me da miedo conocerlas por el temor de que lo que nos unió en la red lo separe la proximidad física.

Y así paso las mañanas de sábados entre toboganes, palas, y cubitos y madres imaginarias... amigas en la distancia.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Decálogo para las visitas post-parto


Las normas sociales siempre me han parecido una estupidez y, muchas veces, una forma de entorpecer la vida.

Cuando nace tu primer hijo, las normas sociales te hacen pasar por la tortura (sí, no exagero es una verdadera tortura...) de las visitas tras el parto, en el hospital, en casa... Si analizáramos el porqué de esas visitas, si fuésemos a la esencia, seguramente las cosas serían muy diferentes.

Entendamos que estas visitas las hacen tus seres queridos, aquellas personas que quieren compartir contigo la alegría de haber tenido un hijo. Es gente que se preocupa por ti, y por tu bienestar y que, incluso, te hace un regalo como muestra de su felicidad.

Si todo esto es así, ¿cómo puede ser que te hagan pasar por ese trance? Tras tener un hijo, estás cansada, dolorida, con los pelos tiesos y las hormonas más que revolucionadas. Acaba de llegar a tu vida un ser que pide todo de ti, al que todavía no entiendes bien y con el que estás deseando compartir sus primeros mometos en paz y recogimiento. Tu pareja y tú estáis casi en estado de shock y no tenéis tiempo para poner orden en vuestra vida ni vuestras mentes, porque tenéis que estar preocupados de que en la nevera haya cervezas fresquitas para las visitas.

Sinceramente, yo, de entrada, prohibiría las visitas en el hospital, esos días podrían ser claves para recuperar fuerzas, para calmarte y empezar a sentir a tu hijo, a entenderlo, a acoplarlo en la familia... no para estar repitiendo lo que ha pesado tu niño y para sonreir por más que quisieras mandar al mismísimo carajo a las tías de la madre de la vecina de tu suegra...¡argggggg!

Si yo hubiese sabido cómo me iba a sentir, si hubiese sabido como iban a transcurrir los primeros días de mi niño, las cosas habrían sido bien distintas, y habría impuesto férreas normas sobre el tema. ¡Buah! ¡Menuda soy yo!

Por eso, ahora, después de dos años de aquello, me atrevo a escribir unas normas básicas que, en mi opinión, deberíamos seguir todos a la hora de hacer una visita a unos papás recientes. No son universales, seguro que no serán todas las precisas, ni las mismas para todas las familias, pero son las mías y quizás alguien se dé por aludido, y se plantee cómo y cuándo hacer este tipo de visitas - si consigo aliviar a una sola mamá de ese trance... me doy por satisfecha.

Estás son las mías:


  1. De entrada, NUNCA visitar en el hospital - es un momento íntimo, la mamá necesita recuperarse, descansar, acoplarse a su hijo, y el niño necesita tranquilidad, no ir de brazo en brazo como un muñequito.

  2. Siempre llamar antes de hacer la visita - y si los papás sugieren (o dejan caer tímidamente) que no es un buen momento, es imperativo respetarlo - y no molestarse, claro!

  3. Las opiniones sobre el niño, su estado, si tiene hambre, si tiene pis, si está delgado o si tiene sueño... para el ascensor, para el momento cotilleo tras la visita -GRACIAS - No hay nada más agobiante que los miles de consejos y opiniones que tiene que oír una madre primeriza.

  4. Evitar coger al bebé... la estampa de mi niño de mano en mano, escuchando los gritos de unos y otros: ¡Qué guapo! ¡qué carita tiene!... me pone los pelos de punta...

  5. Intentar no ir perfumado "de domingo"... con las hormonas a mil, los olores fuertes son lo peor.

  6. Las visitas cortitas, mejor que mejor... ya habrá tiempo de disfrutar del niño.

  7. Como sugerencia, se puede proponer a los papás salir de casa, verse en algún lugar cercano a su domicilio, para que les de el aire (seguro que no han salido mucho esos días) y así evitamos tener la casa como una patena para recibir a los invitados.

  8. Si la nueva familia se recluye en casa y no quiere ver a nadie, entendedlo y respetadlo, la adaptación es dificil y cada uno lo toma como puede.

  9. Usemos la empatía y el sentido común, por dios, nada de visitas a horas intempestivas para un niño, que es a partir de las 7:30, cuando se empieza con el ritual del baño, la teta y a dormir.

  10. Por favor, respeto y comprensión...

Seguro que me dejo muchas en el tintero y seguro que cada familia puede crear las suyas propias... pero así me hubiese gustado que fuesen mis visitas... unas lo fueron y otras no... ¡¡¡qué se apliquen las que no!!! - aún sigo enfadada, ¿se nota?

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Relación con bloggers reloaded



Hoy seré el mini yo del doctor maligno y os voy a pedir un ejercicio de espionaje industrial (JA, JA, JA… risa de mala de la película) que me van a ayudar a completar mis conocimientos sobre cómo la comunidad de madres blogueras queremos ser tratadas.


Por ello, hoy no hablaremos de maternidad, ni de niños… hablaremos sobre bloggers y empresas. Sé que muchas de vosotras, además de madres y ávidas ciber-lectoras, sois blogueras y, por ello, me permito reproducir un texto que he escrito para el blog de la empresa donde trabajo, en el que reflexiono sobre la relación entre compañías (y agencias de comunicación) y bloguers.

En el texto, como gurusa 2.0 (ja, ja, ja...) doy unas claves, basadas en la propia experiencia, de cómo cimentar la relación con esa rara especie que son los bloggers. Por ello, me gustaría completar estas recomendaciones con las vuestras, con las historias que vosotros hayáis vivido, con lo más divertido que os han sugerido y lo más estúpido…

Pues ahí va el texto y os invito a que me contéis cosas, anécdotas, impresiones, sugerencias…
¡Gracias!

Si encontraras en la red un manual para ligar en 10 pasos, y estuvieras interesado ello, puede que lo leyeras con atención pero, aunque captaras las líneas maestras del arte de la seducción, es probable que tu conclusión final fuese: “sí, vale, pero depende de con quién queramos ligar”.

Pues esta podría ser la analogía perfecta a la hora de analizar cómo debemos enfrentar el blogmarketing desde empresas o agencias de relaciones públicas. De esta forma, es conveniente acatar ciertas normas básicas a la hora de relacionarnos con bloggers, como las recogidas en el interesante manual de buenas prácticas de Eva Sanagustín, pero debemos además entender una primera y básica premisa:


Los bloggers son personas únicas y diferentes, a las que les gusta ser tratadas como tales, que han decidido escribir en su propio reino, que es su blog, sobre una temática que les apasiona y de la que son expertos.

Por ello, debemos dar un paso más allá en las normas del sentido común y la cortesía y empezar a poner en práctica otros niveles de relación, más sutiles que el conocer el blog antes de dirigirte a él, ofrecerle actividades que se ajusten a sus intereses, no comprometer su independencia, o no hacerles spam de notas de prensa.
Esta es nuestra propuesta*:

- Conocer el blog más allá de su temática, tenemos que conocer su filosofía - y comprobar que el producto o servicio del que le vamos a hacer partícipe está dentro de su línea de pensamiento. De esta forma, no es suficiente con saber que un blog trata temas de maternidad para mandarle información sobre un producto infantil, debemos comprobar que ese producto no interfiere en su postura sobre la crianza, es decir, es contraproducente mandar información sobre un biberón a un blog sobre lactancia materna y natural.

- Ofrecer iniciativas que puedan ser interesantes para el blogger y sus lectores – no sólo que sean de interés para la marca. A veces, no es suficiente con ofrecer al blogger productos de muestra para probar, sobre todo si se tratan de productos de bajo valor económico. Es decir, no vale con ofrecerle a blogger unas cajas de complementos alimenticios para probar durante unos meses, para que luego cuente su experiencia en su blog. Esa acción, que puede ser muy interesante para la marca en cuestión, no tiene valor para el blogger, ya que a sus ojos le estamos pidiendo que haga de conejillo de indias gratis y que encima lo cuente a sus lectores.

- Dirigirte al blogger con conocimientos específicos sobre el producto o servicio que le vas a dar a conocer, más allá de las especificaciones técnicas o la nota de prensa. El blogger es un apasionado de la temática sobre la que escribe, la suele conocer en profundidad y seguramente irá más allá del mero producto o servicio, querrá que se le contextualice la información o que aportemos datos adicionales. La persona que dialogue con el blogger debe conocer el sector y tener respuestas cuando sea necesario.

*Todos estos ejemplos están basados en experiencias reales vividas como blogger de maternidad a través del blog http://ahoralamadresoyyo.blogspot.com/:

Estas podrían ser algunas de las normas que marcasen la relación con bloggers, en una segunda etapa algo más madura en la gestión corporativa de los medios los medios sociales en nuestro país, es decir, unas normas de “buenas prácticas para la relación con bloggers reloaded”, para estos tiempos que vivimos en los que empezamos a migrar de la web 2.0 a la 2.1.