
Podríamos decir que mi vida real corre paralela a la fantasía. Podríamos afirmar que vivo más de una vida gracias a mi facilidad de tener varias “ventanas de Windows” abiertas en mi cerebro.
En mis fantasías animadas maternales de ayer y de hoy, imagino que las mamás del parque son mis amigas de la red. Esas que me leen y a las que leo, con las que comparto opiniones y experiencias y, en algún que otro caso, un sentimiento de amistad en la distancia.
Y escucho como hablan con sus hijos y los llaman por sus nombres y empiezo a atar cabos, y me convenzo de que esa morena de ojos grandes es mamá (contra) corriente, y luego pienso: no, ese niño es muy mayor para ser el suyo; o que aquella otra mamá de pelo rizado es Ileana de tenemos tetas, para luego discurrir: no, si ella vive en Canarias...
Con las mamás blogueras me pasa como con los cibernovios – o como me pasaría con los cibernovios, si alguna vez hubiese tenido uno – que me da miedo conocerlas por el temor de que lo que nos unió en la red lo separe la proximidad física.
Y así paso las mañanas de sábados entre toboganes, palas, y cubitos y madres imaginarias... amigas en la distancia.
En mis fantasías animadas maternales de ayer y de hoy, imagino que las mamás del parque son mis amigas de la red. Esas que me leen y a las que leo, con las que comparto opiniones y experiencias y, en algún que otro caso, un sentimiento de amistad en la distancia.
Y escucho como hablan con sus hijos y los llaman por sus nombres y empiezo a atar cabos, y me convenzo de que esa morena de ojos grandes es mamá (contra) corriente, y luego pienso: no, ese niño es muy mayor para ser el suyo; o que aquella otra mamá de pelo rizado es Ileana de tenemos tetas, para luego discurrir: no, si ella vive en Canarias...
Con las mamás blogueras me pasa como con los cibernovios – o como me pasaría con los cibernovios, si alguna vez hubiese tenido uno – que me da miedo conocerlas por el temor de que lo que nos unió en la red lo separe la proximidad física.
Y así paso las mañanas de sábados entre toboganes, palas, y cubitos y madres imaginarias... amigas en la distancia.