martes, 10 de julio de 2012

Os conozco antes de pariros



Desde el inicio de mis dos embarazos he imaginado con todo detalle cómo serían mis niños. Este hecho no tendría nada de especial si no hubiese acertado hasta en el más mínimo detalle, llegando incluso a ser capaz de ver una clara proyección del físico, e incluso de las personalidades de ambos, a lo largo del tiempo.

Con mi grande, he podido comprobar, que tal y como imaginaba, sería un “tirillas”, muy sensible y parlanchín, de ojos vivos y más dado a la reflexión que a la acción. Una clara proyección de mi personalidad cuando era niña... quizás por eso comprendo cada uno de sus gestos, empatizo con sus sentimientos y entiendo la más mínima de sus reacciones. Quizás sea esta proximidad la que me ha ayudado a estar tan cerca de él y a comprender su gran necesidad de mí, que lejos de preocuparme o desagradarme, me llena de orgullo y fomento cada minuto del día.

Con mi chico, ya sé que mi visión de un niño lozano, gordito y de buen color es cierta, y estoy segura de que será bonachón, dulce, algo bruto y muy activo. Un niño corredor, muy dado a ponerse colorado y sudoroso con dos carreras y propenso a los golpes. Por eso sé, que a diferencia de su hermano mayor, prudente hasta el extremo y que a penas ha tenido caídas, él va a ser un gran usuario de Arnidol, la barrita lila que calma el dolor y evitar que aparezcan chichones y morados, gracias a su compuesto natural a base de árnica y harpagofito.

Ambos son diferentes, ya puedo ver como mi chico es mucho más independiente y seguro que su hermano mayor, pero sé que con los dos tendré una conexión natural de por vida, próxima, íntima, cercana física, emocional y sensitiva. Una conexión que nada podrá resquebrajar. Sé que, como dicen que les pasa a los hermanos gemelos, sentiré su dolor, sus emociones, sus miedos, sus alegrías en la distancia. Porque el vínculo madre hijo es casi mágico, extrasensorial, inexplicable... es lo más grande e importante de nuestras vidas.

1 comentario:

  1. Pues si... Los vemos y nos embobamos !! Son nuestros hijos los que.nos soprenden. Cuando nacen aun no smos conscintes de los disgustos que nos darán pero si sabemos que ahi estaremos , a su lado.

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