Estoy buscando respuestas que no encuentro y, no las encuentro, porque no existen. En estos meses previos a dar a luz estoy empapándome del saber de toda aquella persona que siento que me puede ayuda a traer al mundo de una manera más feliz a mi niño chico - que a partir de ahora llamaré “mi chico”, en referencia a mi hijo pequeño (en mi tierra las madres hablan así de sus hijos: mi grande, mi chico, mi mediano…).
Así, si cuando nació mi grande fueron los libros y los blogs los que me hicieron ver la luz – o al menos atisbarla – esta vez busco la sabiduría humana y araño respuestas de mujeres sabias como mi amiga Mama sin complejos, o mi último descubrimiento, mi profe de yoga prenatal. Ellas coinciden en que no hay pautas, no hay consejos para parir, sólo algunas recomendaciones que se resumen en una sola: vuelve a ser salvaje, confía en tu instinto.
Así me hablan de la oxitocina, la hormona del amor, imprescindible en el parto, una sustancia muy tímida, que necesita recogimiento, oscuridad, intimidad… ambas afirman que debemos huir de la adrenalina, la enemiga feroz de la oxitocina, que la anula y la paraliza, frenando el parto en previsión del peligro y la alerta.
Me insisten también en el cariño que necesitaré recibir de mi pareja, que debe ser amor más allá del apoyo verbal o físico. Él debe ser mi sustento, mi defensa frente al exterior, el guardián de mi recogimiento. Él deberá ser el encargado de mi parte racional, de contestar preguntas de terceros, de la suegra, de los médicos, de las odiosas visitas, dejándome a mí a solas conmigo y con el nacimiento de mi bebé.
En definitiva, me invitan a hacer el ejercicio de eliminar mi parte racional y controladora y a dejarme llevar por ese saber que llevamos las mujeres en nuestro interior, esa salvaje que somos todas, primitas e intuitivas que nos ayudará a parir sin necesidad de contar las contracciones, de respirar como nos dijo la matrona, de empujar así o asao, de protocolos, de formalismos, de artificios… ¡a gritar para empujar!
Su falta de respuestas ha sido mi mejor ayuda. ¡Gracias a las dos chicas!
Qué verdad!!
ResponderEliminarSacar a la mamífera interior, olvidándote de si eres una mujer o una leona, mientras el "macho alfa" vigila nuestra conversión.
Empujar a grito pelao mientras pares a tu hijo, creo que es una de las mejores terapias para paliar el dolor, y al que no le guste que se ponga tapones.
Besos.
q emocionante la llegada de "tu chico" el mío llegó hace 92 días y aún lloro de emoción.
ResponderEliminardisfruta cada instante
Ay amiga, qué distinta eres ahora de hace unos meses cuando tu chico era apenas un guisante en tu vientre. Cuánto has cambiado, cuánto has crecido. ¡Tú si que eres sabia!.
ResponderEliminarUn beso lleno de cariño.
Muchas gracias a todas por los comentarios.
ResponderEliminarBelén, en este camino, tú me estás dando mucha luz. Sabes que nunca podré agradecértelo bastante.
Besos
Begoña
Por muchos consejos que te den, eres tú la que encontraras las respuestas. Yo me sentía igual unas semanas antes de dar a luz y cuando fue el momento me dejé llevar por mí misma.
ResponderEliminarHola!pues no hay consejos para eso. Cada mujer, embarazo y parto es distinto. Tuve a mi hijo el pasado 10 de febrero con cesárea y por mucho que me hablaran de distintos partos o te lo imagines no sirve de nada. El mío ha sido largo y duro pero está todo bien. Lo que sí cuenta es una buena matrona (la mía fue genial) y la ayuda de tu pareja, para mí ha sido incondicional y el mayor apoyo. Lo demás que te cuenten no sirve.Espero que todo vaya muy bien.
ResponderEliminarun abrazo
yolanda
Bego, no sabía que estabas embarazada!!! enhorabuena!!!
ResponderEliminarMuy bonito y muy desde el corazón!!!
ResponderEliminarSacar a la mamífera que llevamos dentro y dejarnos sentir en cada momento.
Un beso muy fuerte
Rosa
P.d. Begoña el enlace no soy soy yo, te digo el que es: www.yogaysalud.es
Hola Rosa, Gracias por tu comentario... Me sirvió mucho nuestra charla y te lo agradezco de verdad. Como verás, me he limitado a trasmitir lo que tú me contaste... ¡¡¡palabras sabias!!!. He cambiado el link...Besos. ¡Nos vemos el viernes!
EliminarDesde que cumplí cuatro meses de embarazo pienso en el parto...pero es curioso, porque primero empezó como un miedo gigante: al dolor, a no saber que hacer, a no poder... pero poco a poco, dejando de pensar, llevando a poco el control de la situación a través de estudiar, leer, compartir con mamitas... el miedo va dando paso a una energía enoooooorme... estoy en la semana 27, y aunque en mi país el protocolo de parto se ha humanizado a medias, tengo claro como voy a tomar el momento: poco a poco, con calma y sin miedo!!
ResponderEliminarTe doy la razón en todo, es algo que aprendí en mis partos. En mi segundo parto hubo un momento en el que me bloqueé y se me pasó por la cabeza todo tipo de intervencionismo para acabar cuanto antes, sin embargo se activó mi chip innteligente que hizo que me dejara de tonterías y dejara a mi cuerpo trabajar.
ResponderEliminarCuando alguna amiga o conocida que está embarazada me pide consejos sobre el parto le digo que no puedo decir nada porque cada parto es un mundo, pero que si tengo que decir algo es simplemente que confíen en sí mismas y en su cuerpo.
Un saludo.
Hola!!! vengo de escribir una entrada en mi blog y he parado en la tuya, tan inspiradora... me gustaría que la leyeras, seguramente tampoco te de respuestas, pero al menos un abrazo de quien se siente como tú.
ResponderEliminarBesotes!!
http://nuestrapequenaburbuja.blogspot.com.es/
Que maravilloso blog, no hay nada como el don de ser madre. Un abrazo.
ResponderEliminarQue hermoso post, no hay nada como recibir el don de ser madre. Un abrazo.
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