Anhelaba este
momento, sabía que llegaría y sabía que sería así. La
experiencia es un grado y tenía claro que en algún momento, cual
amor adolescente, no podría quitarme de la cabeza a mi chico, que el
amor que sentiría por él sería tan desesperadamente intenso como
el que siento por mi grande. Ni siquiera me sentía culpable porque
sabía que ésto iba a pasar.
Y con el Ventolín
llegó el amor. El Amor desesperado, el amor enfermizo, obsesivo...
Lo miro toser, lo miro respirar, lo miro dormir, lo miro estar...
simplemente estar. Y pienso en él al toser, al respirar, al domir,
al estar... al simplemente estar.
Afortunadamente, mi
amor no es farmacéutico, ni se ve afectado por el Real Decreto-Ley
9/2011, en virtud del cual debo dispensar mi amor por principio
activo. Mi amor tiene marca comercial y un claim más famoso que la
"Chispa de la vida" de Coca-Cola. “Amor de madre” es una marca
reconocida, con muchas impresiones en forma de tatuaje en brazos
marineros.
¡Qué bonito!
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